El radical Macchiarola se abraza a la kirchnerista Rossana Chahla para criticar a Alfaro

Jaqueados por la aguda crisis económica que golpea al país, los intendentes tucumanos, especialmente los que quedaron afuera del paraguas protector del Pacto Social, devenido ahora en Acuerdo Fiscal Municipal, buscan alternativas para sostenerse a flote.

Los que comenzaron su primera gestión disfrutaron de esos primeros meses de "luna de miel" en los que se presupone que deben acomodarse en el nuevo cargo, reconociendo sus complejidaddes, aún cuando muchos ya venían formando parte de la administración anterior.

Pero el tiempo pasa y las soluciones prometidas en campaña no llegan, la paciencia de los vecinos se acorta hasta extinguirse y las demandas se acentúan, impulsadas por la ola nacional impuesta por la llegada al poder de Javier Milei, con su discurso apoyado en la necesidad de un cambio que sacuda hasta los cimientos de las instituciones.

En ese contexto, ante la falta de herramientas, los límites impuestos por las pertenencias políticas se desdibujan frente a la necesidad de encontrar, si no soluciones, al menos argumentos que permitan instalar temas que corran el foco de las flojas gestiones vigentes a las anteriores.

Un ejemplo claro es el del intendente de Yerba Buena Pablo Macchiarola, quien poco tiempo después de compartir boleta electoral con Germán Alfaro, salió a condenar en duros términos su gestión en relación con el Consorcio Metropolitano para la disposición final de los residuos del Gran San Miguel de Tucumán.

Abrazado a la intendenta kirchnerista Rossana Chahla, la rival directa de la esposa del ex intendente capitalino, Beatriz Avila, en la puja electoral, el flamante intendente yerbabuenense escaló la polémica ya iniciada con Alfaro al comparar su manejo del Consorcio con la gestión de un almacén.

“Cuando se decía que Yerba Buena mantenía una deuda (con el Consorcio Metropolitano), nos enteramos ahora que la anterior administración, que siempre se negó a realizar licitaciones públicas y a brindar datos concretos sobre los gastos efectuados, utilizaba este organismo para hacer obras en beneficio electoral de Germán Alfaro”, acusó el heredero de Mariano Campero.

Extemporáneas

"Queremos saber en qué se han gastado los dineros de todos los municipios que integran el Consorcio Metropolitano. Ya tenemos el reconocimiento del propio Alfaro de que se usó (este organismo) para hacer obras para la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, y no hay ninguna normativa que lo permita. Por eso, vamos a auditar esa gestión oscura de Argañaraz, quien fue nombrado por Alfaro”, demandó Macchiarola.

El Consorcio fue creado mediante ley en agosto de 2009. Hasta entonces, la competencia en materia de residuos era de la Provincia (regía la Ley 7.622, de 2005). Tras la modificación legislativa, se devolvió la responsabilidad a intendentes y comisionados en la gestión de la basura.

Con el actual sistema, los municipios socios (Capital, Yerba Buena, Tafí Viejo, Las Talitas, Banda del Río Salí y Alderetes) y los adherentes (Lules y Bella Vista) deben girar mensualmente fondos para garantizar el funcionamiento y la prestación de los servicios de traslado y separación de los desechos en la planta de San Felipe y la disposición final en Overo Pozo.

La actitud de Macchiarola sorprende sobre todo por lo extemporánea, si se tiene en cuenta que, como parte de la gestión anterior en un municipio que forma parte del organismo desde su creación, debería haber planteado esas inquietudes mucho tiempo antes.

Lo cierto es que a juzgar por las reacciones observadas en las redes sociales, los vecinos de Yerba Buena, inquietos por la cercanía de Macchiarola con una referente del espacio político contra el que votaron de manera mayoritaria hace apenas tres meses, esperan que más allá de la importancia que puede tener el tema, comience a hacerse cargo los otros muchos problemas palpables que aquejan a la ciudad.