Racing Club, sin ideas ni actitud, se complicó solo

A tono con su Racing, lento y perezoso, Juan Antonio Pizzi tardó 68 minutos en mover el banco. Con la chance de meter un pie y medio en la fase final de la Copa de la Liga servida en bandeja tras la derrota de River, el entrenador inexplicablemente pareció conformarse en todo momento con un empate ante un Central Córdoba que no había ganado como local en todo el campeonato.

Desde la propuesta inicial, un 4-3-3 mentiroso, se notó una alarmante falta de actitud y de ideas. Entonces el problema de la Academia se agravó. Porque si bien el equipo todavía no tiene en claro a qué pretende jugar, la ausencia de carácter hizo que se viera una de las peores prestaciones del ciclo Pizzi. Y eso que tuvo de malas a muy malas en la mayoría de los partidos.

Fue mentiroso el 4-3-3 porque los dos internos fueron más un par de volantes extras de contención que unos capaces de romper líneas, algo que sí había hecho Piatti contra Colón y Sporting Cristal. Aníbal Moreno y Lolo Miranda rara vez tuvieron la pelota, jamás corrieron hacia adelante y dejaron inconexos a los tres delanteros. Mal ejecutado el plan de partido de Pizzi y poco ayudado por esta falta de carácter de los jugadores.

En este sentido, Lorenzo Melgarejo fue la bandera de la apatía. Desde que perdió la titularidad, el paraguayo parece poco comprometido. Esta vez parado como extremo por derecha no aportó nada. Cero remates al arco en 95 minutos, ninguna pelota filtrada y ni siquiera la predisposición para encarar a los defensores. Fue uno de tantos que debieron salir mucho antes de que Pizzi lo decidiera.

No hubo reacción por parte del entrenador. Hasta ayer, lo más rescatable de Juan Antonio, poco adepto a los planteos ofensivos, era haber tenido buen ojo para encontrar las falencias del partido. Nada de eso se vio. Melgarejo, Moreno, Miranda y Maggi jugaron más de una hora en un nivel bajo ante un rival con mucho ímpetu pero limitado.

Ya el 0-0 con Arias como figura era un lindo regalo para River, San Lorenzo y Estudiantes, los tres que compiten con Racing. De todos estos, uno quedará sin clasificarse. Los cambios ofensivos tardíos no rescataron a la Academia. ¿Cuántas ganas habrá tenido de entrar Cvitanich por un juvenil para jugar apenas 20 minutos? Y Copetti, disminuido físicamente, fue una sombra. Lo ganó el local porque aprovechó la salida de un córner y la eterna siesta de Racing. Ayyy...

Fuente: ole.com.ar