COVID-19: la vacuna de Pfizer tiene una eficacia del 90% hasta seis meses después, luego cae al 47%

Un estudio publicado en la revista The Lancet demostró que las dos dosis brindan alta protección contra todas las variantes, incluida la Delta, que es la más contagiosa. Qué sucede después de ese lapso.

General 06 de octubre de 2021 Verdadiario Verdadiario
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La vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech (BNT162b2) es “altamente” efectiva para prevenir las hospitalizaciones provocadas por todas las variantes del coronavirus durante, al menos, seis meses, según revela un estudio que publicó The Lancet.

El estudio, desarrollado por el sistema de salud estadounidense Kaiser Permanente Southern California (KPSC) y Pfizer, indica que la eficacia de dos dosis de este preparado ante las hospitalizaciones se mantiene en el 90 % durante esas 24 semanas, y aunque luego cae considerablemente después de ese periodo. Tras administrar la pauta completa, la eficacia de la BNT162b2 es del 88 % durante el primer mes, pero cae al 47 % después de seis meses, resalta la investigación, que ha probado la vacuna con diferentes variantes, incluida la Delta, considerada como una de las contagiosas.

En este sentido, los expertos constataron que la caída de la eficacia ante la infección con el paso del tiempo del preparado de la farmacéutica Pfizer tiene que ver con su propia decadencia, y no significa que el virus “elude” la protección que ofrece la vacuna, según explican en un comunicado. No obstante, advierten que la variante Delta se convirtió en la dominante a mitad del periodo de estudio, por lo que recomiendan que se efectúen análisis de seguimiento para medir el ritmo de decadencia de ésta respecto a otras variantes.

En total, los investigadores examinaron 3.436.957 registros sanitarios electrónicos de Kaiser Permanente Southern California (KPSC) de fechas comprendidas entre el 4 de diciembre de 2020 y el 8 de agosto de 2021. Durante ese periodo, el 5,4 % de los individuos se infectó con el SARS-CoV-2 y, dentro de este grupo, el 6,6 % fue hospitalizado, mientras que el tiempo transcurrido entre la primera y segunda dosis fue, de media, de entre tres y cuatro meses.

El análisis de la secuencia genómica completa y del linaje viral de 8.911 pruebas PCR positivas determinó que la variante delta comprendía el 28 % de la proporción total de secuencias positivas.

En concreto, la proporción de casos positivos atribuidos a la Delta creció desde el 0,6 % detectado en abril de 2021 hasta casi el 87 % del pasado julio, lo que confirmó que esta variante era ya la dominante en Estados Unidos. El estudio destaca que la eficacia de BNT162B2 contra las infecciones provocadas por la variante Delta después de dos dosis se situó en el 93 % durante el primer mes, aunque cayó al 53 % después de cuatro meses. Frente a otras variantes, la eficacia en el mes tras la pauta completa alcanzó el 97 % y bajó al 67 % después de cuatro meses.

“Nuestro estudio confirma que la vacunas son una herramienta clave para controlar la pandemia y siguen siendo altamente eficaces para prevenir la enfermedad grave y las hospitalizaciones, incluida la delta y otras variantes preocupantes”, afirma en la nota su autora principal, Sara Tartof, de la KPSC. La experta reconoció que la protección ante la infección decae en los meses posteriores a la segunda dosis, pero señala que las autoridades competentes reclaman más estudios para determinar si se debe administrar dosis de refuerzos de estas vacunas “a todos los grupo de edad”.

“Nuestro análisis de variantes específicas muestra claramente que la vacuna (Pfizer/BioNTech) es eficaz contra todas las variantes actuales de preocupación, incluida Delta”, sostuvo Luis Jodar, vicepresidente senior y director médico de Pfizer Vacunas. Una posible limitación del estudio fue la falta de datos sobre el cumplimiento de las pautas de uso de mascarillas y las ocupaciones en la población del estudio, lo que podría haber afectado la frecuencia de las pruebas y la probabilidad de exposición al virus.

“Para nosotros, el estudio sugiere que Delta no es una variante de escape que está evadiendo por completo la protección de la vacuna. Si lo fuera, probablemente no hubiéramos visto una protección alta después de la vacunación, porque la vacunación no funcionaría en ese caso. Comenzaría baja y permanecería baja“, completó Tartof, del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente Southern California. Es más probable que las pruebas de variantes fallen en individuos vacunados, lo que podría llevar a una sobreestimación de la efectividad específica de la variante en el estudio, advirtieron los autores.

La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos autorizó el uso de una dosis de refuerzo de la vacuna Pfizer/BioNTech para adultos mayores y algunos estadounidenses con alto riesgo de infectarse. Los científicos han pedido más datos sobre si los refuerzos deben recomendarse para todos.

Otros estudios han hecho hallazgos similares, incluido un estudio de la Clínica Mayo de agosto que encontró que la vacuna Pfizer es solo 42 por ciento efectiva para prevenir infecciones en julio, aunque todavía 75 por ciento efectiva para prevenir hospitalizaciones.

En ese momento, se creía que la variante Delta era la causa de la disminución de la eficacia, aunque los hallazgos de la KPSC afirman lo contrario. Otro estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también encontró que la eficacia de la vacuna Pfizer disminuyó a alrededor del 50 por ciento con el tiempo. Los hallazgos coinciden con lo que han dicho muchos funcionarios de salud en las últimas semanas en conversaciones sobre las vacunas de refuerzo de Covid.

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