
El marido de una paciente lo denunció tras escuchar de su mujer que durante una sesión de mesoterapia había sido tocada de manera impertinente.
El marido de una paciente lo denunció tras escuchar de su mujer que durante una sesión de mesoterapia había sido tocada de manera impertinente.
Había acompañado a una amiga que tiene un cáncer terminal a hacerse una resonancia magnética. Cuando les dijeron que no podían atenderlas, estalló de furia y destrozó un consultorio. Sucedió en Trelew, Chubut.