Crisis laboral en Tucumán: alta informalidad y desempleo juvenil agravan el panorama

En un contexto económico cada vez más difícil para miles de tucumanos, la situación del mercado laboral en el Gran Tucumán-Tafí Viejo se vuelve alarmante. Según datos recientes, el 40,8% de la población, aproximadamente 378.000 personas, vive en condiciones de pobreza. 

A este problema se suma una alta tasa de informalidad laboral, que afecta al 51,4% de los trabajadores, perpetuando un modelo económico excluyente donde escasea el trabajo registrado y los empleos de calidad parecen inalcanzables para las nuevas generaciones.

Esta realidad fue palpable durante el Tedeum del 25 de Mayo, cuando el obispo auxiliar de Tucumán, monseñor Roberto José Ferrari, enfocó su mensaje en la exclusión social y el silencioso éxodo de jóvenes en busca de oportunidades que no hallan en su tierra natal. "Los chicos no se van sólo por sueños, se van por necesidad", afirmó el prelado, subrayando una situación que los datos oficiales confirman de manera contundente.

Desempleo juvenil en aumento

Aunque la tasa de desocupación general se situó en 5,7% a finales de 2024 —un número relativamente bajo comparado con otros períodos—, al analizar las cifras por edad y género la situación se agrava.

Entre las mujeres de 14 a 29 años, el desempleo alcanza el alarmante 14,3%, mientras que en el grupo juvenil en general llega al 9,8%, casi el doble del promedio.

Según estadísticas de la Dirección de Estadísticas de Tucumán, el 53% de los 25.500 desocupados del Gran Tucumán tiene menos de 30 años. Más preocupante es que más del 28% de ellos lleva más de un año buscando trabajo sin éxito, lo que revela el "efecto desaliento", que desmotiva la búsqueda activa y profundiza la exclusión.

Informalidad y precariedad: las principales opciones

Frente a la escasez de empleo formal, muchos jóvenes y adultos tucumanos se han volcado al trabajo independiente. A nivel nacional, más de dos millones de personas están registradas como monotributistas, reflejando una tendencia: la pérdida de empleos asalariados registrados (más de 108.000 en los últimos seis meses) no ha sido compensada con nuevas oportunidades laborales genuinas.

En Tucumán, quienes completaron la secundaria (30,2%) y quienes no finalizan una carrera universitaria o terciaria (26,9%) son los más afectados por el desempleo. Las áreas más golpeadas son el comercio (20,9%), la construcción (14,4%) y el servicio doméstico (13,6%).

Adicionalmente, el 51% de los desocupados contaba con una calificación operativa en su anterior trabajo, indicando que la crisis no se debe únicamente a la falta de formación, sino también a la ausencia de un modelo económico inclusivo que integre a este perfil laboral.

Más allá de los números

El informe de Estadísticas, dirigida por Pedro Rollán, revela que la tasa de actividad fue del 47,9% y la tasa de empleo del 45,1% en el último trimestre de 2024. Aunque hubo mejoras respecto a periodos anteriores, el avance es insuficiente para revertir un panorama estructuralmente dañado. Las oportunidades son limitadas, mal remuneradas y, a menudo, carecen de cobertura legal o previsional.

En resumen, el panorama laboral en Tucumán muestra una realidad en la que la mitad de los trabajadores enfrenta condiciones precarias, miles de jóvenes están perdidos y el tejido social continúa deteriorándose.

La advertencia de la Iglesia no es un llamado aislado, sino una alerta sobre un drama cotidiano que no puede seguir ignorándose. Las cifras hablan por sí solas, y detrás de ellas hay miles de historias en espera de una oportunidad.